En mi trabajo de consultoría para empresas de servicios legales, he encontrado muchas veces que los clientes buscan implementar soluciones tecnológicas sin entender con claridad qué desean.

Es común escuchar a empresas manifestar que tienen la necesidad de adquirir herramientas que utilicen determinada tecnología, como inteligencia artificial o blockchain. Sin embargo, cuando hacemos un ejercicio inicial de entendimiento e identificación del problema, la mayoría de las veces la respuesta no está en la herramienta que tenían en mente. Invertir en tecnología no es económico, razón por la cual debe ser estratégico y conocer muy bien cuáles son los puntos débiles o dificultades que pretende fortalecer o resolver.

Las estadísticas dicen que más del 70% de las iniciativas de transformación digital fallan, panorama poco alentador cuando está pensando invertir recursos, la mayoría de las veces escasos, para sobrevivir en un mercado altamente competido.

La tecnología como estrategia debe ir de la mano de un ejercicio de introspección, de fortalecimiento personal y de entendimiento del mercado en el que se participa. Si alguna de estas aristas falla, la conclusión a la que llegue puede no ser la indicada: si como empresa o prestador de servicios usted conoce muy bien sus necesidades, pero no tiene en cuenta las de sus clientes, es muy probable que la estrategia que elija no sea la adecuada. Por el contrario, si entiende muy bien lo que pasa en el mercado y decide implementar soluciones tecnológicas que otros agentes ya están utilizando sin analizar cómo encaja dicha solución en su caso particular, nuevamente puede estar tomando un camino errado.

La tecnología como estrategia debe ir de la mano de un ejercicio de introspección, de fortalecimiento personal y de entendimiento del mercado en el que se participa.

Ximena Castrillón

Teniendo en cuenta lo anterior, estos son algunos consejos que considero pueden ser útiles si está pensando en implementar un proceso de transformación digital en el sector de servicios legales:

(i) Es importante que las decisiones estratégicas se tomen en conjunto con el equipo directivo. Aun cuando parece lo más lógico, el líder de tecnología no debe tomar decisiones de manera independiente, pues no siempre conoce todos los elementos que se requieren para acertar en sus elecciones.

(ii) No implemente tecnología que otros utilizan sin analizar qué tan útil es en su caso particular.

(iii) No descarte soluciones simples porque no están a la “vanguardia”. Muchas veces no necesita tecnología de punta para que su práctica o negocio sea más eficiente. Existen soluciones sencillas que pueden ser la respuesta a sus necesidades.

(iv) Si ya se decidió y piensa invertir en soluciones tecnológicas, es importante que busque empresas o personas calificadas. En muchas ocasiones, en estos temas aplica el refrán “lo barato sale caro”.

(v) Una vez identifique y tenga claras sus necesidades, debe estar dispuesto a destinar recursos para lograr los objetivos propuestos.

(vi) Tenga claro que no es sencillo medir el retorno de la inversión de los procesos de transformación digital (ROI). No utilice métricas tradicionales, pues sin importar lo difícil o especulativo que sea valorar los beneficios, un proceso de transformación digital siempre será buena idea si está encaminado de la manera correcta.

(vii) Defina una hoja de ruta que le permita recorrer un verdadero proceso. Sin importar si es una empresa o un profesional que presta servicios legales, es indispensable estar en permanente disposición al cambio, pero esto debe hacerlo con estructura y metodología.

(viii) Fomente la implementación de PMV (productos mínimos viables), piérdale el miedo a la iteración y aprenda de metodologías ágiles. Nunca está de más trabajar con mentalidad de emprendedor.

(ix) Si es una empresa o firma de abogados, trabaje en fortalecer su cultura empresarial. Los abogados, más que otros profesionales, solemos tener aversión al cambio y -muchas veces- esta es la razón por la que fracasa la implementación de desarrollos tecnológicos: no es posible lograr la apropiación de la tecnología por parte del capital humano.

(x) Entienda que estamos en la era del “consumidor”. El consumidor de hoy es sofisticado y espera que las empresas o profesionales que le prestan servicios tengan un claro entendimiento de sus necesidades.

Por último, pero, sin duda, lo más importante, pregúntese siempre ¿por qué? y ¿para qué?  Resolver estos dos simples interrogantes antes de tomar cualquier decisión, con seguridad le evitará muchos dolores de cabeza.

Ximena Castrillón

Socia directora de Transformación Empresarial

CA Consultores

Fuente: Esta noticia es propiedad de Ámbito Jurídico / Legis